martes, 7 de febrero de 2012

Descripción del clarinete

El clarinete pertenece a la familia del viento soplado y viento madera, al igual que la flauta, el oboe y el fagot.Es un aerófono de lengüeta simple. Se construye en madera (tradicionalmente de ébano o granadillo),[1] ebonita[2] o ABS y su perfeccionamiento, en el siglo XIX, con un sistema de llaves mejorado lo situó en un lugar privilegiado entre los instrumentos. La belleza de su timbre lo hace apto para interpretar pasajes como solista además de ser un instrumento de enorme agilidad y sonoridad, en especial para la ejecución de trinos y cromatismos.
Se compone de:
un cuerpo con agugeros que al taparlos produce el sonido
  • Una boquilla (que normalmente está fabricada en ebonita o en cristal) con una lengüeta (o caña) sencilla sujeta a ella por una abrazadera.
  • Un tubo de orificio cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano, granadilla) o resina sintética llamadas: barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En estos dos últimos existen agujeros y llaves que se tapan o se presionan con los dedos. Algunos agujeros se cierran con las llaves presionadas o sin presionar.
  • Un pabellón o campana.
El nombre proviene al añadir el sufijo -et, que significa pequeño, a la palabra latina clarino, que significa trompeta (pequeña trompeta). En el Barroco generalmente se utilizaba para sustituir a ese instrumento, debido principalmente a su capacidad para realizar cromatismo, cosa imposible de conseguir en la trompeta natural.
El timbre del clarinete es rico en matices y posibilidades expresivas. Junto a la flauta y el violín es el instrumento más ágil de la orquesta; puede emitir cualquier matiz extremo en cualquiera de sus registros, lo que hace de este instrumento una voz sumamente versátil, dicha capacidad de emitir matices extremos en cualquier registro es única entre todos los instrumentos de viento. También es uno de los instrumentos con una de las extensiones más grandes en su registro: el soprano alcanza más de cuatro octavas (desde un mi2 y por encima hasta las posibilidades del músico) y los modernos clarinetes bajos ampliados sobrepasan las cinco octavas.
Su característico timbre se debe a la geometría cilíndrica de su cuerpo, lo que produce una casi anulación de los armónicos pares, lo que —desde el punto de vista espectral— lo hace parecido a una onda triangular. Como consecuencia, cuando el ejecutante abre el portavoz, el salto de nota no es de ocho notas como en el oboe, el fagot (cuya geometría es cónica) o la flauta (en la que, aun siendo cilíndrica, el tubo es un cilindro abierto), sino de doce (o sea, una octava más una quinta). El segundo armónico (par) ha sido ignorado. El sistema más generalizado actualmente en el diseño de las llaves del clarinete es el Böehm.
Se han escrito grandes obras y conciertos para el clarinete, entre los que destaca uno de los conciertos mejor valorados de la historia, el Concierto en La Mayor para clarinete y orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart.


No hay comentarios:

Publicar un comentario